A continuació reproduim la notícia treta de custoria.com sobre aquest enginyós artilugi en aquelles èpoques d'escassesa:
"La crisis es la crisis, señores míos, y vamos a tener que comenzar a utilizar el ingenio y lo que no es el ingenio para salir adelante. Me van a permitir darles un ejemplo de cómo en tiempos peores que estos, ya supimos como salir adelante: pedaleando.
En la posguerra española, cuando el combustible escaseaba mucho, y el dinero entre la gente aún más, surgió el Auto Acedo, un coche a pedales. Estaba dotado de un temible motor de 2,2 caballos. Temible para el conductor, porque cuando el coche no tiraba había que ayudarle a moverse dando pedales. Sus 227 kilos, más el peso de los ocupantes, eran mucho cuando se iba cuesta arriba y entonces tocaba darle a las piernas. Y además, señora, se hace ejercicio a la vez que se viaja, ahí es nada.
Eso sí, en llano y cuesta abajo el coche se movía solo, no muy rápido, pero solo. Otro pequeño inconveniente era que para que el peso del automóvil fuera lo más bajo posible, la carrocería era más bien floja y a la menor se abollaba.
Así que amigos, no desesperen, que siempre podemos salir del paso usando el ingenio y el esfuerzo, por muy cuesta arriba que se ponga todo. Ya saben, si se pone cuesta arriba: a pedalear".
"La crisis es la crisis, señores míos, y vamos a tener que comenzar a utilizar el ingenio y lo que no es el ingenio para salir adelante. Me van a permitir darles un ejemplo de cómo en tiempos peores que estos, ya supimos como salir adelante: pedaleando.
En la posguerra española, cuando el combustible escaseaba mucho, y el dinero entre la gente aún más, surgió el Auto Acedo, un coche a pedales. Estaba dotado de un temible motor de 2,2 caballos. Temible para el conductor, porque cuando el coche no tiraba había que ayudarle a moverse dando pedales. Sus 227 kilos, más el peso de los ocupantes, eran mucho cuando se iba cuesta arriba y entonces tocaba darle a las piernas. Y además, señora, se hace ejercicio a la vez que se viaja, ahí es nada.
Eso sí, en llano y cuesta abajo el coche se movía solo, no muy rápido, pero solo. Otro pequeño inconveniente era que para que el peso del automóvil fuera lo más bajo posible, la carrocería era más bien floja y a la menor se abollaba.
Así que amigos, no desesperen, que siempre podemos salir del paso usando el ingenio y el esfuerzo, por muy cuesta arriba que se ponga todo. Ya saben, si se pone cuesta arriba: a pedalear".
Per il.lustrar el text, aqui teniu un video dels microcotxes primerencs:
Per saber més informació sobre el famós Seicientos, emblema de la modernitat i exemple d'auge econòmic del franquisme, clicau damunt Muy Interesant-Historia.
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